Las ruinas de esta singular fortaleza atribuida al genio de los tallanes, es un especial muestra de la inteligencia del hombre que en el pasado vivió en nuestro suelo, Ñari Wualàc de donde deriva Narihuala significaría en lengua tallan ojo que avizora o también el que ve a través de la lejanía, esto es precisamente lo que sugiere la fortaleza y el tema. El templo construido, en honor al dios Walac, formando un solo conjunto.
En un primer acercamiento el conjunto arquitectónico militar religioso, semeja una loma o mejor todavía un cerro para otear la planicie del bajo Piura.
Se encuentra al sur de la ciudad del Catacaos, a 5 km de distancia por el camino que lleva a Pedregal y Cucungarà.
Jacobo Cruz Villegas, descendiente de tallanes conocedor de la historia de su pueblo por estudioso y por depositario de tradiciones populares describe así las celebres ruinas.
Allí está el viejo símbolo la máxima expresión de nuestra raza tallan, sobreviviendo sobre el área aproximadamente 40,000 m², exponiendo a las generaciones la arquitectura, la técnica que emplearon y los fines para los que trabajaron con denuedo y sacrificio.
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