Las Capullanas eran antiguas "gobernantes" principalmente de la costa del Perú, sin embargo han dejado sentir la influencia de si régimen matriarcal en regiones sureñas y orientales del Perú, pero son los "Gobernadores Tallanes" fundamentalmente las de las costas de piurana.
En 1528 en el segundo viaje de Pizarro a estas tierras los españoles tienen trato directo con dichas señoras.
Las diferentes conquistas sufridas por los tallanes a manos de chimús incas y españoles obligan a caciques y curacas jefes de dichos grupos a ceder su autoridad.
¿Cómo eran las Capullanas?
La locura de Pedro Halcón nos indica que eran seductoras. Según ellos eran mujeres de buen rostro y que andaban en caballos, indicaban también que vestían unos hábitos de algodón negro hasta los pies. Tal parece ser según los entendidos que aquí toman el nombre de Capullana para los hispanos.
A pesar que los tallanes constituyen un pueblo individualista y amante de su libertad, no dejaron de tener sus jefes o curacas. Cuentan los primeros cronistas que cuando el curaca estaba próximo a morir elegía como su sucesor al que entre sus hijos era el más meritorio y si no lo encontraba, podía dejar como heredero a su hermano o a uno de sus sobrinos. En casos extremos a un noble.
En 1528 en el segundo viaje de Pizarro a estas tierras los españoles tienen trato directo con dichas señoras.
Las diferentes conquistas sufridas por los tallanes a manos de chimús incas y españoles obligan a caciques y curacas jefes de dichos grupos a ceder su autoridad.
¿Cómo eran las Capullanas?
La locura de Pedro Halcón nos indica que eran seductoras. Según ellos eran mujeres de buen rostro y que andaban en caballos, indicaban también que vestían unos hábitos de algodón negro hasta los pies. Tal parece ser según los entendidos que aquí toman el nombre de Capullana para los hispanos.
A pesar que los tallanes constituyen un pueblo individualista y amante de su libertad, no dejaron de tener sus jefes o curacas. Cuentan los primeros cronistas que cuando el curaca estaba próximo a morir elegía como su sucesor al que entre sus hijos era el más meritorio y si no lo encontraba, podía dejar como heredero a su hermano o a uno de sus sobrinos. En casos extremos a un noble.